Lucha antiimperialista, Tercera Guerra Mundial y perspectiva socialista.

Dimitrios Patelis, Colectividad de Lucha por la Unificación Revolucionaria de la Humanidad. Grecia.


3ª CONFERENCIA DE LA PLATAFORMA ANTIIMPERIALISTA MUNDIAL EN CARACAS, VENEZUELA, 5 DE MARZO DE 2023

¿Tiene sentido la lucha antiimperialista hoy en día? En caso afirmativo, ¿sobre qué base teórica y práctica? ¿Qué contradicciones irreconciliables han llevado a la escalada de la guerra nuevamente en los frentes de Europa, Asia, África y América Latina? ¿La Tercera Guerra Mundial en curso tiene algo que ver con el movimiento antiimperialista y socialista-comunista?

               En la historia de Venezuela se concentra de manera muy clara y representativa la historia de la colonización y sobreexplotación capitalista e imperialista de los pueblos de América Latina. Una historia trágica de conquistas sucesivas de los pueblos indígenas por parte de los invasores europeos, la esclavitud, el genocidio y diversas formas de sobreexplotación tanto de las personas como de la naturaleza. En esta relación depredadora, la sobreexplotación por parte de los colonialistas llevaba al exterminio de las poblaciones indígenas, combinado con la importación de esclavos, es decir, en un rígido sistema de sobreexplotación colonial llevado a cabo en términos de genocidio combinado de los pueblos de dos continentes: América Latina y África. Más de un siglo de levantamientos, luchas de liberación nacional, luchas sociales y guerras fue necesario para que el pueblo venezolano lograra su independencia formal y la abolición de la esclavitud. El colonialista español fue reemplazado por el neocolonialista yanqui, que nunca dejó de ver a toda América Latina como el “patio trasero” de los EE.UU. Las enormes reservas de riquezas naturales, especialmente de hidrocarburos, contribuyeron al tratamiento del país y su pueblo como presa imperialista. Está históricamente comprobado que no hay medios (legítimos o ilegítimos, “pacíficos” o bélicos, “democráticos” o dictatoriales, intervención o imposición, represión o genocidio) que el imperialismo estadounidense dudaría en utilizar para lograr la subyugación y la superexplotación de los pueblos de América Latina.

               América Latina es una tierra empapada de sangre de héroes, en sucesivas revueltas, guerras de liberación nacional y luchas anticoloniales – antiimperialistas. Hitos importantes en estas luchas son la Revolución Antiimperialista Mexicana (1910-1917), la Revolución Antiimperialista Cubana que evolucionó a revolución socialista (1953-1959), la Revolución Antiimperialista Sandinista en Nicaragua (1979) y la Revolución Bolivariana Revolución antiimperialista iniciada en Venezuela en 1998 bajo el liderazgo de Hugo Chávez, cuya orientación antiimperialista y popular -a pesar de los ataques feroces del imperialismo- continúa bajo el liderazgo de Nicolás Maduro. Todas las victorias y conquistas del movimiento antiimperialista en América Latina y en todo el mundo están conectadas, orgánica pero no linealmente, con las victorias y conquistas del socialismo incipiente (URSS, R.P. de China, R. P. de Korea, R. P.de Vietnam, Cuba, etc.).

               De esta manera, en América Latina, especialmente en Venezuela, se han puesto en marcha procesos que o conducen a revoluciones socialistas incipientes o pueden caracterizarse como etapas iniciales de transformaciones socialistas y/o una serie de nuevas revoluciones socialistas incipientes. El centro del proceso revolucionario mundial se ha desplazado hacia aquellos países y regiones con un desarrollo débil o medio del capitalismo, donde se concentran las contradicciones globales, internas e internacionales no resueltas, en un cruce explosivo que gesta situaciones revolucionarias.

¿Pero por qué?

               Característica de la etapa del capitalismo monopolista, el imperialismo, es la rápida agudización de las contradicciones del capitalismo: entre capital y trabajo, entre monopolios de escala y poder similar o diferente, entre capital monopolista y no monopolista, entre imperialistas y países dependientes débilmente desarrollados.

               La contradicción entre el capital y el trabajo, después de la victoria de las primeras revoluciones socialistas en una serie de países, toma también la forma de la contradicción entre dos sistemas socioeconómicos: el sistema capitalista mundial y el sistema socialista temprano mundial.

               La contradicción entre países imperialistas y países de desarrollo medio o menor, como V.I. Lenin demostró por primera vez, constituye la contradicción de clase a escala mundial que es característica de la etapa del capitalismo monopolista, que surge del tipo cualitativamente diferente de explotación a escala mundial en comparación con la etapa de “libre competencia”: la extracción de plusvalía en forma de superbeneficios monopólicos. Esta contradicción combina y condensa las otras contradicciones (entre capital y trabajo, entre monopolios de similar o diferente escala y poder, entre capital monopolista y no monopolista, etc.). Esta contradicción, cuya manifestación esencial es la intensificación de la desigualdad, establece las condiciones para el legítimo desplazamiento espacio-temporal regido por leyes de las probabilidades de estallido de situaciones revolucionarias en un correspondiente “eslabón débil”, para el desplazamiento del centro del proceso revolucionario mundial a la periferia del sistema capitalista mundial. El eslabón más débil y vulnerable de todo el sistema capitalista global son los países con un nivel medio y débil de desarrollo, dependientes o semi-independientes (típicamente independientes).
La Tercera Guerra Mundial en curso se está agudizando drásticamente, sacando a la superficie y poniendo de relieve todas las contradicciones del proceso de desarrollo histórico, los cambios geotectónicos de poder a escala global, la retirada de los países de primera línea del imperialismo liderados por los EE.UU y la actualización del polo que de facto consituyen los países del socialismo incipiente junto con estados y coaliciones de estados que surgieron de movimientos antiimperialistas y de liberación nacional.

               Esta guerra también adquiere las características de un conflicto entre los países rentistas imperialistas parásitos (que gobiernan a través del capital virtual de la oligarquía financiera) y los países productores de bienes necesarios para la humanidad. Esta guerra, especialmente en los frentes de Ucrania y en el espacio postsoviético en su conjunto, también asume las características de una guerra civil (de clase política), ya que el imperialismo pretende crear una mayor división basada en la práctica imperialista de “divide y vencerás” o, por otro lado, la escalada de tendencias de reconexión, reagrupación, reunificación y reintegración, con el núcleo de la última formación estatal remanente y relativamente fortalecida, dentro de la cual se conservan enormes recursos naturales y elementos de los legados más sustanciales de la URSS: ejército y sistemas de armas, infraestructura industrial, investigación y tecnología avanzada y, sobre todo, un pueblo con educación y cultura, impregnado de tradiciones antifascistas y socialistas. Esta guerra también adquiere características antifascistas, en la medida en que el eje euroatlántico atacante, para lograr sus objetivos, establece regímenes de tipo fascista/racista o incluso abiertamente fascista-nazi, para utilizarlos como instrumentos y propulsores de su agresión. Típico es el caso del régimen nazi que actualmente tiene el poder en Ucrania. De ahí que, especialmente ahora que se intensifica la Tercera Guerra Mundial, es necesario e imperativo vincular orgánicamente la lucha antiimperialista con la lucha por la revolución socialista y el comunismo. Además, cualquier objetivo anticolonial, antiimperialista, de liberación nacional, de independencia nacional, antifascista, etc., puede ser logrado con eficacia, consistencia y estabilidad por frentes revolucionarios, en los que los comunistas desempeñen un papel pionero y activo, en la medida en que estos objetivos se vinculen orgánicamente a la perspectiva revolucionaria del socialismo, a través de reformas cruciales y radicales de carácter socialista. Por las razones anteriores, se formó y se está desarrollando la Plataforma Mundial Antiimperialista (PMA). Por las mismas razones, la PMA ha elegido organizar esta importantísima conferencia internacional en Caracas, donde late con fuerza el corazón del movimiento antiimperialista en América Latina y el mundo.

                Sólo una sociedad, en la que la clase obrera lleve las riendas del poder revolucionario y la propiedad social de los medios y ramas de producción estratégicamente importantes, podrá enfrentar con eficacia, firmeza y victoria los socavamientos y ataques del imperialismo que logra un alto nivel de desarrollo autosuficiente en términos de planificación científica, control popular, con relaciones de igualdad, beneficio mutuo y solidaridad internacional. Por lo tanto, es necesario crear conscientemente la forma óptima de organizar y escalar la lucha antiimperialista en relación orgánica con la lucha por la revolución socialista.

               El antiimperialismo y el socialismo-comunismo, en términos de su contenido ideológico-político y de clase social, son dos componentes distintos, pero orgánicamente interconectados, de un mismo proceso revolucionario.

               Por tanto, el avance del proceso revolucionario moderno se logra, en la medida en que se realiza dentro del sistema capitalista mundial, principalmente a través de la lucha antiimperialista, antineocolonial y de liberación nacional, a través de la lucha de los pueblos por su independencia, por la transición a un tipo de desarrollo no capitalista de aquellos países que están sobreexplotados por las potencias capitalistas desarrolladas, por parte de los estados imperialistas. La lucha victoriosa de los pueblos de los países de medio y bajo nivel de desarrollo por su independencia en dirección socialista, la eliminación de la explotación a la que están sometidos por los estados capitalistas desarrollados y sus asociaciones, son las condiciones que crearán condiciones favorables para el estallido de situaciones revolucionarias en los países capitalistas más desarrollados.

               Esto se logrará a través de la disminución de las posibilidades de parasitismo de los países imperialistas a través de la extracción de superganancias monopólicas, por lo tanto, a través de la disminución de los recursos que permiten a la oligarquía financiera manipular varios estratos de la clase trabajadora (sobre la base de la expropiación, el engaño demagógico, desorientación, de la práctica  “divide y vencerás” y fuerza bruta-represión). Esta es la forma en que el capital asegura la influencia socavadora del oportunismo, un mecanismo que asegura la promoción efectiva de los intereses del capital y el imperialismo a través de las acciones de sus agentes dentro del movimiento obrero y comunista. Por eso, la principal forma de socavamiento y derrota del sistema capitalista global puede ocurrir a través de la desvinculación de los países con un nivel de desarrollo medio o cercano al medio de las relaciones de sobreexplotación/dependencia imperialista.

               Una condición básica para fortalecer la lucha antiimperialista hoy es la reconstrucción y el fortalecimiento del movimiento comunista a escala nacional, regional y mundial, basado en el desarrollo creativo y la aplicación de la teoría y metodología revolucionarias contemporáneas. La postura y el papel del partido de vanguardia de la clase obrera (tradicional y nueva), su compromiso consecuente a los principios del marxismo-leninismo y el internacionalismo proletario son las únicas condiciones indispensables para el desempeño de su histórica misión revolucionaria desde el punto de vista de su hegemonía moral, política y ideológica.¡La victoria de los pueblos en todos los frentes antiimperialistas conducirá inevitablemente a una nueva ola de revoluciones socialistas victoriosas!

¡Victoria en la lucha de las fuerzas antiimperialistas y socialistas del pueblo!

¡Derrota al Eje Euroatlántico liderado por EE.UU.!

Por epanen

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